Joyas Decembrinas | Nacimientos Morelenses, Primera Edición.

Fernando Betancourt Robles
Coleccionista
Desde niño me gusto la juguetería mexicana: aviones, trocas, carros, boxeadores,maromeros, cajitas con serpiente y su lengua de clavo, trompos, baleros, caballos… todos hechos de madera; luego viene la cartonería que años después devino en papel maché y nuevamente cartonería que florece en este siglo, muñecas, judas, charros panzones, alebrijes, animales existentes e inexistentes, seres fantásticos, esqueletos y diablos, y por supuesto la hojalatería con sus jjinetes tan variados, una zoología maravillosa; los soldaditos, nacimientos de plomo y desde luego, el mundo mágico de la miniatura. En mi adolescencia y desde entonces, de manera recurente se incrementó mi gusto por un imaginario tan vasto y creativo.
Y que decir de las piezas de barro del artista jaliciense de finales del siglo XIX Pantaleón Panduro y sus peculiares duendes, personajes mágicos saliendo de un huevo, bandas de música de niños, animales o mounstruos, los silbatos y diablos de Ocumicho, Michoacán; la aportación tan rica y variada que desde el siglo pasado hizo Gumersindo España “Don Chinda” del pueblo de Santa Cruz de Juventino Rosas, Guanajuato, o las extraordinarias piezas de cartonería de los Ramírez Castañeda de Xoxocotla, Morelos y Mónica Franco de Cuernavaca, en fin, la inagotable creatividad de los artistas de los pueblos originarios.
Desde los primeros años del siglo XX estas manifestaciones artísticas llevan el nombre de Juguete Tradicional o Popular Mexicano, dentro de estos parámetros es que me convertí hace más de cincuenta años en coleccionista de estos tesoros, lo que muestro en esta exposición es una selección de mi acervo.