MMAPO

Transformar la materia, continente de la naturaleza, convertir la tierra, el agua, el aire y el fuego en objetos que alivien las dificultades de la vida y que sirvan para honrar a los dioses que nos inspiran la creación de lo bello, es un proceso inherente a todas las culturas al cual llamamos arte popular.

El México prehispánico comprende una gran variedad de pueblos que, en su tiempo y espacio, desarrollaron un complejo cúmulo de creaciones para acompañar la vida cotidiana y ritual, tradiciones que, a pesar del avasallamiento de la Conquista, la Colonia y la modernidad enajenante, todavía fluyen en hilos leves que la heroica supervivencia indígena mantiene como blasón espiritual.

Desde hace más de 3000 años el territorio que ocupa el actual estado de Morelos ha sido escenario y cruce de caminos de múltiples y magnificentes culturas, como la de Xochicalco, que han dejado huella en el arte popular que varios pueblos morelenses mantienen vivo, como en Cuentepec, donde las mujeres alfareras continúan una tradición que ha perdurado a lo largo de los siglos, pese a las violentas transformaciones históricas.

De igual manera, la colección de este museo, resultado de la investigación de un grupo de especialistas en la materia, busca conservar viva la memoria de nuestros ancestros y exponer al público nacional y extranjero una muestra de las expresiones que dan cuenta de ella. Así, directo de las manos de sus artífices, exponemos aquí piezas, en su mayoría de uso cotidiano, cuya sencillez se ve equilibrada por la belleza de su composición.

En el Museo Morelense de Arte Popular (MMAPO) dialogan la cestería, cuya manufactura rudimentaria, pero redentora, nos comunica con los primeros tiempos; los textiles que nos hablan de su nacimiento entre el vientre indígena y el tronco del árbol vital; la indumentaria cotidiana y festiva de delirante colorido; el adobe del cuexcomate, granero que en sus entrañas guarda el sustento; la cartonería que grita el gusto festivo de los morelenses por venerar a los santos patronos entre cohetes y danzas paroxísticas; las ceras escamadas forjadas durante días para consumirse durante un rezo o el adiós a un difunto…

Así, además de transmitir el diálogo, cotidiano y sagrado, que los objetos del arte popular morelense tienen entre sí y de mostrar el vínculo que hay entre ellos y el pasado mesoamericano que comparten con expresiones análogas de otros estados, el MMAPO nos hace una incitante invitación a participar en este encuentro y nos muestra, como a través de una ventana que mira hacia el interior de nuestros pueblos y proyecta al exterior una tradición que merece mayor aprecio e investigación, un tesoro propio e invaluable.